Una ruta mágica: las cascadas del Aljibe (ida)


Muy conocida, de esta ruta mágica (preñada de leyendas) hay detalles que, posiblemente, no se hayan contado antes. El día estaba fresco (3º a las 7.30 h. del 25 marzo), la nieve cubría las Sierras, y amanecía en un entorno negro, con la soledad como única compañía. La Sierra Norte de Guadalajara es así.

El sol nació junto al Ocejón, reflejando su luz en laderas y crestas. Mientras avanzábamos por la ruta, a nuestra espalda surgía Roblelacasa, negro, en puro contraste con el blanco de la sierra. De frente la vertiente norte, iluminada y nevada, de la Sierra de Concha; en primer plano el verde intenso de jaras y retamas.

Media hora después surgía Matallana, apenas visible en la lejanía, oculta entre encinas y robles. A su derecha el paisaje agreste del Asomante y los cauces de Jarama y Jaramilla (en medio de ambos, invisible desde aquí, la muralla china).

Pasada la cancela bajo los robles, tomamos la vereda de la izquierda, que luego va paralela al Jarama a media altura; desde aquí la visión del río impresiona. En un prado de la otra orilla, unos corzos pacían en rebaño. Apenas hora y cuarto en la que disfrutamos de una cascada de imágenes que, de por sí, ya merecían la excursión. ¡Y aún nos faltaban las pozas del Aljibe y el camino de vuelta!

Lar-ami


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