Las cascadas del Aljibe: el lugar


El caminante tiene tendencia a irse hacia las cascadas, que se intuyen a la derecha; se oyen cuando el caudal es abundante (como el 23 de marzo). Pero tras hora y cuarto de ruta, merece la pena dedicar 5´ más al arroyo que con su agua crea el espectáculo.

Un arroyo más, sobre suelo rocoso (caliza y pizarra) que presenta como curiosidad un cuasi puente (2 troncos y un listón, que se mueven con solo mirarlos) que busca de fotos inéditas (con el caudal crecido no hay forma de pasar al otro lado). Desde aquí una senda recorre 100 metros hasta las cascadas del Aljibe.

No te las voy a describir. Tienes que verlas y disfrutarlas; dedícales tiempo (si es posible, en soledad y/o la compañía elegida; solo hay que madrugar o elegir un día entre semana). En la Sierra Norte de Guadalajara estos lujos aún son posibles.

Antes de emprender el camino de vuelta (tan espectacular como la ida), baja hasta la desembocadura del arroyo en el Jarama (en verano un remojón viene al pelo). En este 23 de marzo, con semejante caudal, no pude sacar las cascadas en una sola foto ni me pude acercar lo suficiente al río. Pero no me importó, y seguro que a ti tampoco.

Lar-ami


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