Su origen se remonta al periodo de repoblación que dio lugar al pueblo Matallana, si bien aparece documentada en 1.523. De estilo románico rural, construida en mampostería de pizarra irregular, consta una nave con ábside rectangular y pórtico que protege la portada, con arco de medio punto. Tiene el presbiterio, elevado respecto de la nave y con el altar adosado al muro oriental.
El techo de vigas de madera de escuadras irregulares formando cerchas que soportan el peso de las lajas de pizarra. Dedicada a San Juan Bautista, una elegante espadaña con 2 huecos ojivales y de distinta anchura para las campanas, le da empaque…. Al menos desde lejos. Hoy está en ruinas y el acceso al interior conlleva riesgos.
Aunque el Diccionario Madoz dice que fue parroquia en algún momento de la Edad Media, ha figurado siempre como dependiente de Santa María del Vado (con la que guarda ciertas semejanzas, por los contrafuertes), siendo citada como iglesia y ermita, según el documento. Recuperó su estatus en 1.950 por unos años cuando el Vado fue anegado por las aguas y hasta el abandono del pueblo.
Conviene recordar que tras la guerra civil esta iglesia (como las de La Vereda y El Vado) era atendida por el párroco de Tamajón, que solo acudía para bautismo y matrimonio, funerales y las misas de los patronos. Parece ser que los destrozos en la parroquia del Vado, la vida dura en estos pueblos de la sierra y su difícil acceso así lo aconsejaron.
Lar-ami