Una orden del 10 de agosto de 1.954  ordenó reservar el agua de los ríos Lozoya, Jarama y Sorbe para abastecer Madrid. Por ello los pantanos del Vado y del Pozo de los Ramos pertenecen al Canal de Isabel II y están unidos por el Canal del Sorbe.

El Canal del Jarama, construido en los setenta, lleva el agua a Madrid desde el embalse del Vado (por eso es tan difícil ver lleno). En realidad son dos tuberías, de 1 metro de diámetro, que discurren paralelas al río por la margen derecha. En Patones siguen de frente hasta cruzar  la N-I  y  giran la izquierda para entrar en la capital por Chamartín.

Una poderosa infraestructura de sifones, acueductos, túneles, puentes, casas,… acompaña al canal en  su recorrido (más de 90 Kms) hasta Madrid. La carretera de servicio sigue las tuberías hasta el cruce de Tortuero; luego es camino hasta a Madrid. Una nueva vía de unión entre pueblos vecinos y de regocijo para los turistas (la ruta verde).Se utilizó caliza de canteras próximas al río (aun son visibles), que los canteros gallegos labraron en sillares para embellecer las esquinas de sifones y casas. La mano de obra procedía de la comarca, lo que en cierta medida retrasó la despoblación y ayudó a modernizar los pueblos.

Nacieron sendas nuevas que acercaban la gente al trabajo y algunos parajes se hicieron accesibles. Por ejemplo el Puente de Palos, por donde la vereda que unía Valdesotos con Puebla de Valles cruzaba el río. El puente ya no existe, pero se conserva parte de la senda y el lugar sigue siendo muy hermoso.

Así la fisonomía de zona cambió para siempre. La acertada elección del recorrido, la ubicación de sifones y casas, el buen gusto de ingenieros y artesanos contribuyeron al embellecimiento de La Ribera

 Lar-ami