Solo los ignorantes se atreven a decir, de cualquier pueblo, que “no hay nada interesante que ver.” Eso no quita que su aparición en los medios únicamente se deba a alguna noticia escandalosa. Como le ocurre estos días a Riofrío del Llano, un pequeño núcleo serrano cuyos vecinos se han rebelado contra una granja de cerdos en su término.

¿Nada que ver?  La imagen de la iglesia (con su peculiar espadaña), el acantilado a espaldas de pueblo y el robledal que lo antecede lo desmienten.

La iglesia, dedicada a Santa Catalina, comenzó a construirse en el siglo XII, en plena transición del Románico al Gótico, como sugiere la portada y la espadaña. Alberga una pila bautismal de origen románico y un retablo del siglo XVIII.

Y ya si te acercas a Santamera, ubicada en lo más profundo del cañón del río Salado, y a Cardeñosa, hoy pedanías dependientes de Riofrío por la despoblación en los años setenta, confirmarás que si hay que ver, mucho y bueno, en este pequeño pueblo de la Sierra Norte.

Una ruta de senderismo resulta de lo más aconsejable. ¡Sabía que te gustaría!

Lar-ami