Singulares por el lugar, la pizarra negra, y la ausencia de postes, cables, antenas… que permiten observarlos tal y como fueron concebidos… aunque ahora estén reconstruidos. Fuente, eras, fragua y horno eran elementos imprescindibles en nuestros pueblos de la Sierra Norte.
El horno familiar adosado a los muros de la casa; alguno aislado en el patio (como este, reconstruido). Eras hay dos visibles y poco pisadas.
La fragua está en funcionamiento, con equipamiento y herramientas de la época. Hoy esta regida por Rogelio, un artesano auténtico de La Matallana, que hace maravillas con el hierro y la forja. A modo de ejemplo, esa bruja que preside la veleta.
De las fuentes, la más visible está bajo la iglesia, una poza excavada en la roca donde en mana el agua y protegida por una gran laja de pizarra tallada con dibujos, que no se aprecian por la maleza que la cubre. Hay otra en el barrio de Arriba, el Pozo, con un aspecto similar.
El Pilón es una gran poza en el Barranco de Roblemarina, con poyetes tallados en el lateral y agua templada en invierno, que servía a las mujeres de lavadero. Hoy está cubierta por la maleza y el cieno.
Y sabemos todo esto gracias al esfuerzo de los hijos de la tierra que lo han documentado para que no se pierda.
Lar-ami