Doña María de Mendoza y de la Cerda dejó en su testamento terreno y 12.000 ducados para la fundación de un convento franciscano en las afueras. Añadió cuadros, elementos litúrgicos de plata y 200.000 maravedíes. En junio de 1.592 el Arzobispo de Toledo otorgó licencia y comenzó la construcción con piedras de la cantera de Tamajón.
Llegaron 24 frailes que vivieron en casas hasta principios del siglo XVII, cuando ocuparon el cenobio. Cien años después, las humedades aconsejaron construir una nueva iglesia que fue financiada por Juan del Olmo. El traslado del Santísimo se celebró con gran boato en Septiembre de 1.742 y acudieron el Duque del Infantado y otros nobles de la corte.
Tras la Guerra de la Independencia (1.812) y la destrucción del convento de Cogolludo, Tamajon quedó como cabeza rectora de la comarca. El último documento que se conserva es de 1.827, firmado por el abad que da conformidad a una manda por 25 misas que dejo encargadas un vecino. Fue abandonado en 1.835, tras la Desamortización de Mendizábal.
Después ha sido utilizado como corral de ovejas, almacén, trastero,..; hoy esta en ruinas. Aunque su valor monumental sea discutible, es un pedazo de historia de La Ribera que debiéramos recuperar.
Lar-ami
2 respuestas a “El convento franciscano de Tamajón”
Que lástima, que el esfuerzo de tantos años y con semejante historia en sus paredes, no haya iniciativas para recuperarlo.
Iniciativas o €uros, que no ducados …
Si no ya para recuperarlo, al menos para consoldiarlo y que fuera visitable; supondría algunos euros (ducados menos) que debeirans er asumibles por las administraciones.