Uno de los más bellos espectáculos que la Naturaleza ofrece a diario, aunque a veces las nubes lo oculten, es la puesta de sol. Además puede disfrutarse en cualquier parte,  excepto en el Ártico que tiene su sol de medianoche. Muchos afirman que la puesta de sol de su tierra es la más hermosa. Yo no voy a ser menos y mis motivos tengo.

Por el oeste y el norte, La Ribera está escoltada por el Pico de la Miel, Somosierra, la Sierra Gorda, Peña Cabezas y la Sierra del Ocejón. Al atardecer, las figuras de las montañas se recortan en el horizonte con intensidad variable mientras las nubes cambian de forma y color, coqueteando con el  lucero de la tarde que acude a disfrutar el espectáculo. El contraste de paisajes embellece estos momentos mágicos.

Y si no me creen observen las fotos, tomadas con un intervalo de escasos minutos. (Reconozco que juego con ventaja, ya que, como ser etéreo, cambio de ubicación y perspectiva solo con desearlo).

Lugares para la observación y el disfrute de (por las vistas y lo emblemático del sitio) son la Dehesa y las Pequeñas Médulas en Puebla de Valles, las lagunas de Tamajón, la dehesa y la encina de Alpedrete de la Sierra, las lagunas de Beleña, la ermita de los Enebrales y el camino de la ermita en Valdepeñas. 

Y otros muchos que se me escapan, pero que tú sabrás encontrar.

Lar-ami