Más de 100 cárcavas hay censadas en los términos de La Mierla, Retiendas, Valdesotos y Puebla de Valles, los denominados pueblos coloraos. Aunque ya hemos hablado de ellas largo y tendido, será un placer hacer un breve resumen.
Su origen se remonta a la era Cuaternaria, cuando barrancos y depresiones fueron rellenados por detritus provenientes de las grandes avenidas, debido al deshielo tras las glaciaciones. La naturaleza arcillosa del terreno y su alto contenido en hierro les da ese color rojizo caraterístico.
Sus formas caprichosas (cada cárcava es distinta a las demás) se debe a la erosión por los bruscos cambios de temperatura entre dia y noche (diferencias de 20º-25º son habituales en cualquier estación). Lluvia, viento, hielo, nieve y la mano del hombre han coloborado en esta magna obra.
La evolución de las cárcavas es muy lenta, apenas perceptible pero observable. Basta fijarse en las represas, construidas hace unos 25 años. La mayoria ya están colmatadas (se les dió una altura mínima de 2,5-3 mts) y los sedimentos arrasaron los árboles (perales, manzanas, guindos, …) sembrados para fijarlos.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.