De la mayoría de los 79 municipios y las 85 pedanías del mapa de la Sierra Norte de Guadalajara, no se conoce ni el nombre. De estos precisamente, de los que parecen olvidados, nos ocuparemos en próximas entradas, porque defendemos que cada lugar tiene atractivos suficientes para dedicarle una visita. Por ejemplo Algora, un pueblo serrano situado a 1.118 mts de altitud.

Nació con la repoblación posterior a la Reconquista (siglo XI) como aldea de Medinaceli. Junto a otros lugares, pasó a depender del Duque del Infantado hasta que  Carlos III le otorgó el privilegio de villazgo. Pero estuvo habitada desde mucho antes; en su término se han encontrado restos de cerámica celtibérica y romana, lo que no resulta extraño dada su proximidad a Sigüenza.

Situada en un llano a los pies de la sierra, junto a la N-II y en las proximidades del PN Barranco del Río Dulce, Algora supera los 100 habitantes. Su casco urbano se estructura en torno a la iglesia del siglo XVI de sillería y torre cuadrada, donde se conservan casas tradicionales y la ermita del Cristo a la salida del pueblo. Tiene servicios de alojamiento, bar y gasolinera.

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