Aunque la frase no parece muy acertada (no se me ocurre otra), quiero expresar mi satisfacción al ver correr arroyos que solo lo hacen algunos días de algunos años. De ocasiones como esta, no guardo memoria en los dos últimas décadas.
Como el arroyo Sacedoncillo que da nombre al pueblo abandonado. O de este arroyuelo sin nombre, junto al puente nuevo del Jarama, que cuando corre lo hace teñido de rojo y así llega al río.
Del Arroyo del Lugar se tienen recuerdos de cuando las mozas de Puebla de Valles lavaban en sus aguas para no bajar al Jarama, aunque luego les costase una regañina de la madre. Y el arroyo de La Virgen, resulta conocido por la estación receptora del canal del Sorbe, pero escaso de agua casi todo el año.
Se me dirá que en estos días corren todos los arroyos. Seguro que sí, pero no están en la Sierra Norte de Guadalajara. Ni les tengo tanto aprecio.
Lar-ami