En todas las culturas existen cuentos populares. Cada lugar tiene los suyos; unas veces propios y otras compartidos con otros pueblos. Se caracterizan por su intención didáctica, fijando valores y modos de comportamiento a la vez que condensan los saberes de la comunidad. De ahí su importancia.
Como el depositario de estos cuentos es el pueblo llano, que no sabía escribir hasta el siglo pasado, la transmisión se hacia por vía oral. Los abuelos aprovechaban las largas y frías noches de invierno junto al hogar para contar cuentos a los chiquillos. Y en la Sierra Norte las noches son muy largas y muy frías.
La cultura es un bien en si mismo, un elemento dinamizador de libertad y de bienestar social. Y la procedente de la transmisión oral aporta un rendimiento muy superior a Internet y a los libros …porque le suma cercanía y el calor de las palabras. Además, una buena historia recorre en poco tiempo siglos de tradiciones.
Y aprovechando que Guadalajara celebra este fin de semana la XXVI edición del Maratón de los Cuentos, este serrano solicita (otra vez) a la organización que le hagan un pequeño hueco a los cuentos populares de la Sierra Norte (y de la provincia).
Que haberlos haylos y no se divulgan. ¡Y ya toca!
Lar-ami