En 1884 se creó la Sociedad “El Faro” que abrió la mina “San José” aprovechando en parte los trabajos de la época anterior. Los filones abiertos son ricos en fluorita y plomizos, con una muy aceptable riqueza en plata. En los años posteriores continúan los trabajos, abriendo dos minas más, San Joaquín y María. La producción sube hasta los 500 quintales métricos de galena argentífera en los años 89 y 90, alcanzando los 1.201 en el año 1.891, solo superada en ese año por la mina Santa Catalina. Las irregularidades de los filones, los problemas administrativos, la cantidad de concesiones y su dispersión provocaron (al igual que en Hiendelaencina) un nuevo periodo de decadencia en 1.892; esta vez solo duró 5 años.
“El Faro” reanudó los trabajos en 1.897; un año después produjo 20 toneladas de plomo argentífero y 12 Tms en el siguiente, con tres minas más abiertas, San Enrique, San José y San Benito. La Sociedad entra en crisis y desparece en 1.901, abandonando su explotación. Otro periodo de abandono, de 6 años esta vez.
En 1.908 se abre la Mercedes y se desescombran minas antiguas, produciendo 5 Tms de mineral y dando trabajo a 52 obreros, de los cuales 26 eran mineros. El año siguiente es excelente y se abren grandes expectativas por la riqueza del mineral; la belleza de los cristales de galena y fluorita contribuye a esta expectación.
En 1910 se crea la Sociedad “La Bodera” con el fin de invertir en la mejora y modernización de la explotación. Se ampliaron las minas San José, Mercedes y Carolina, instalando un transporte por cable hasta la estación de tratamiento, casas de mineros, carpintería, herrería así como una central eléctrica. Sin embargo, con todas las instalaciones en funcionamiento, la producción de 1.914 fue de 10 Tms de mineral, con un 63% de plomo y un 0,36% de plata, superando con creces los gastos a los ingresos, por lo que se paralizaron los trabajos.
Los años 1.915 y 16 las minas siguieron en mantenimiento y sin producción; continuaron así y/o con muy escasa producción hasta su cierre definitivo en 1.925, coincidiendo una vez más con Hiendelaencina y por las mismas razones: escasa riqueza del mineral de plata, baja competitividad con otros productores de plata, el bajo precio de los minerales de plomo y cinc,…
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