Este precioso pueblo de la Sierra del Bulejo, situado a 1.154 mts de altitud, tiene mucho que enseñar al visitante, además de su rica historia, que contaremos otro día. Citado en el Poema de Mio Cid, es el comienzo de la ruta del Cid y del camino de la lana por tierras alcarreñas.
Cuando nos acercamos desde tierras sorianas, su imagen preciosista destaca en el paisaje. El casco histórico es una mezcla de edificios populares (como la fuente), barrocos y neoclásicos alrededor de la plaza mayor: los palacios de Beladíez Truxillo y de Juan Recacha, el ayuntamiento con escudo de la Inquisición y varias casas solariegas.
La iglesia de origen románico (cabecera con triple ábside) fue reconstruida a finales del siglo XVIII en un estilo neoclásico que la embellece. La portada, con espadaña, la torre y el frontón con su rosetón le dan un aspecto majestuoso, al que contribuye el jardín que la antecede.
Fuera del casco urbano hay parajes que merecen una visita: las ermitas de la Soledad, de la Virgen del Puente y de San Vicente, la fuente de la canal, la cueva Corrán García, las ruinas del castillo (hoy palomar) y la peña del Cid, el valle del Cañamares,…
Lo que demuestra que cualquier pueblo de la Sierra Norte ofrece suficientes alicientes al visitante para que le dedique un fin de semana (Micro-destino).
Lar-ami