Hay muchos adjetivos que podrían aplicarse a este precioso pueblo de la Arquitectura Negra, en el corazón del P.N. de la Sierra Norte de Guadalajara. Y seguramente todos ellos ayudarían a calificarlo como una joya digna de ver y de conservar. Pero me quiero detener en aspectos que a menudo pasan desapercibidos:
- Campillo de Ranas pasó de ser un pueblo en riesgo de desaparición a estar muy vivo ( tiene escuela con más de 20 niños), siendo conocido a nivel mundial, gracias a portadas en Newsweek, Time, Tvs,… Hoy es un pueblo que vive del turismo pero sin perder su idiosincrasia.
- Un plan de urbanismo que ha puesto su énfasis en mantener la pizarra y los métodos de construcción tradicionales como esencia del pueblo y de sus aldeas. Robleluengo, Roblelacasa, El Espinar, Campillejo, y su casco urbano lo reflejan fielmente. La Vereda es caso aparte.
- Ha sabido explotar actividades que dan vida al valle del Ocejón (las bodas) y eventos que se han convertido en imprescindibles: Media maratón de montaña del Ocejón, Ranas Folk, Festival de cine de viajes del Ocejón, Los cuentacuentos,… La celebración del Día de la Sierra el pasado día 14 es otro ejemplo.
Felicitar a los responsables del éxito (vecinos, ayuntamiento, Administraciones, visitantes,…) es una obligación, pero me niego a ponerles porcentajes de participación. Solo diré que el esfuerzo de sus nuevos vecinos, atrajeron a nuevos pobladores y a miles de visitantes. Gracias a todos ellos, Campillo está más vivo que nunca.
Lar-ami