Son muchas las leyendas sobre la montaña sagrada del Altorey, como D. Pedro Vacas describe en el nº 39 de Cuadernos de Etnología y recogen otros autores. Sean estas algunas:
Es citada en el Poema de Mio Cid como “montaña maravillosa e grand” donde ordenó a sus hombres descansar y “dad cebada temprano a los caballos… que pasaremos hoy la sierra que es muy escabrosa …»
Dicen que “en el interior de la montaña, a 100 pasos de la ermita hay enterrado varios tesoros (un caldero de monedas, un becerro de oro, un campanilo,…) que depositaron allí los monjes ante la llegada de los árabes”. Una variante de algunos pueblos cambia árabes por carlistas.
Para llegar a la cueva del aceite, hay que subir por una escalera tallada en la roca, como si hubiera sido cortada a cuchillo y muy empinada. Los chiquillos de la zona lo conocían como el callejón de la muerte. Dicen que fue hecho por la mano del hombre, como salida camuflada para los habitantes de la fortaleza de arriba, de la que aún se aprecia el muro ciclópeo (1,5 mts espesor).
Otra preciosa leyenda, las lágrimas de la mora del Altorey, bien merece una entrada aparte.
Lar-ami