Las Botargas y Mascaritas de Almiruete suponen una explosión de belleza y de arte. Los hijos y amigos del pueblo (19 botargas, más que habitantes de hecho) le ponen pasión para que esta fiesta ancestral luzca mejor cada año.
¿Cómo podemos calificar la bajada de las botargas (desde la carretera de Valverde) por una vereda zigzagueante, en fila india y haciendo sonar cencerros y tubas? ¿Y al desfile por las calles del pueblo, donde se hacen notar los pequeños botargas y mascaritas? ¿Y el intenso olor a retama quemada mientras se rocía de pelusa a los visitantes, como signo de fertilidad?
Las máscaras son auténticas obras de arte, similares pero diferentes cada año. Las familias le dedican imaginación y mucho tiempo para mostrarlas con orgullo el sábado de carnaval, provocando la admiración de todos. Algunos dirán que los trajes son siempre los mismos, pero se equivocan. Un pequeño detalle (o no tan pequeño) lo hace distinto.
A muchos serranos nos resulta muy grato acudir a esta fiesta y comprobar con satisfacción que cada año está más viva. Además de saludar a los amigos, disfrutamos de una exposición itinerante y bajo diferentes perspectivas. ¡Un lujo para los sentidos!
Lar-ami