El tramo entre el puente de Valdesotos y Puebla de Valles, quizás sea el más espectacular y el menos conocido de este precioso cañón, a pesar de que una sencilla ruta lo recorre en buena parte (y cruzando el rio por la piedra caída, en su totalidad)

Hay muchos aspectos que merecen ser destacados (el río canalizado de forma natural, los arabescos en la caliza producidos por el agua, sus laderas cortadas a cuchillo,…) pero el que más impresiona a este caminante son las abundantes cuevas colgadas del acantilado, que parecen inaccesibles.

Un día soleado, la cámara de fotos, tiempo y ganas de disfrutar son los únicos argumentos necesarios para pasar una mañana deliciosa contemplando estas maravillas de la naturaleza.

Lar-ami