… no se habla (en realidad fueron dos). La catástrofe que supuso la quema de 3.000 Has de monte bajo, pinares y robledales en los aledaños de Cogolludo y las estribaciones del Altorey estuvo en los medios solamente los días que duró el incendio y las labores de extinción.
¿Y luego? Comenzó un trabajo de limpieza por parte de la Junta de Castilla La Mancha, dando prioridad a los robledales. Se autorizó a los vecinos de Arbancón (y solo a ellos, dado que eran de propiedad municipal) la recogida de madera quemada para leña, lo que originó algunos incidentes.
Más tarde se siguió por los pinares, y según muestran los montones de troncos apilados en sitios estratégicos, parece que esta madera será aprovechada y no para leña. Los montes presentan un aspecto limpio pero desolado.
Ahora solo falta que la madre naturaleza, las Administraciones y el tiempo hagan cada uno su trabajo, para estos montes vuelvan a ser al menos lo que fueron: bosques.
Lar-ami