Este año la temporada de setas ha durado más de lo habitual; hasta el 8 de diciembre se han podido recoger níscalos en los pinares de La Ribera. Sólo el viento y el frío han podido terminar con ellos.
Aunque todavía se ven setas (la mayoría no comestibles), las que interesan al setero están ya comidas por los gusanos y/o podridas.
Quizás por eso, haciendo recapitulación de un año excepcional, este guardián etéreo se divierte contemplando las formas caprichosas de ejemplares de la misma especie. Como estas.
Lar-ami