En las proximidades de los acantilados de los karsts de La Ribera se ven abundantes rocas, que una vez desprendidas ruedan ladera abajo hasta el fondo del barranco o hasta encontrar un obstáculo que las detenga. El cañón del Jarama muestra varios ejemplos,.
Resulta más extraño encontrar rocas desprendidas que a su vez se han partido, (cortadas a cuchillo) por efectos de la erosión, en dos grandes trozos. En el cañón de Tortuero conocemos una y esta que hemos hallado en Puebla de Valles, junto a los acantilados del Marralín.
La piedra caída es un claro ejemplo de cómo los cambios de temperatura día/noche y el hielo rasgan y cortan la caliza.
Lar-ami