La zona queda articulada por los sistemas del Jarama y del arroyo Valdeabadia, con un paisaje que ha sido transformado en su totalidad por la mano del hombre.  Está delimitada por el cauce del río y por lomas no muy altas que configuran un paisaje muy abierto; desde cualquier sitio se ve la Sierra y el Ocejón.

 El valle queda cerrado, por el norte por el pantano del Vado, y por el sur el cauce del Jarama en un estrecho y escarpado meandro conocido como el Pozo de la Cesta (el Marchuelo es el cerro que lo preside). El río transcurre encajado entre pizarras, donde ha excavado una espectacular trinchera. Por ello predominan vistas panorámicas, con presencia constante de la presa y del Ocejón.

Tal y como explica José María Meléndez  en “Paisajes de Retiendas”,  el paisaje queda así estructurado: en el fondo del valle tierra de secano para cereal. En las laderas, pinos de repoblación, jarales que ocupan tierras abandonadas, pastizales sobre pizarras y  los cauces que actúan de corredores para la fauna.

Los contrastes de color vienen definidos por la vegetación, siendo espectaculares entre zonas cultivadas y las manchas verdes, muy acusadas en invierno. Lo más sobresaliente es el cauce del Jarama, por la trinchera y por la arboleda de sus orillas, espectacular en días de lluvia.

 Lar-ami