Los edificios están situados en un claro del pinar, realizado a conciencia, separados entre ellos por el canal, que más bien parece un colector de aguas negras. Antes de llegar a los pabellones, y en alto, lo que bien pudiera ser un depósito de agua.
Se aprecian soportes para postes de electricidad. Al sur, un montón de latas oxidadas, de diferentes tamaños y formas, de los tipos habituales en los sesenta. A unos metros, el borde del acantilado que se asoma al Jarama, frente al Marchuelo.
Estas construcciones son muy diferentes a las de la zona (corrales, refugios de pastores, majadas y parideras, …) hechas de pizarra y caliza, que están diseminadas por montes y pinares. La estructura descrita y los restos hallados sugieren que se corresponde con un poblado de trabajadores, de los años sesenta, bien comunicado, abastecido de agua y luz.
Por la calidad de los materiales y su estado de deterioro, debió habitarse poco tiempo. Es el Poblado del Espanto que se habilitó para la construcción del Canal del Jarama.
Lar-ami