Siega imposible


Tiempos lejanos aquellos en los que los hombres salían a la besana a segar el trigo, comiendo y durmiendo en el tajo durante semanas.  El acarreo de la mies a las eras con caballerías y la trilla con pedernal, solo quedan en el recuerdo. Y cuando terminaban, campo arriba en  busca de más faena.

Ahora una cosechadora se encarga de obtener el gran o limpio, y luego la empacadora apretara la paja en alpacas. Todo automatizado.

Y sin embargo, en La Ribera el proceso nos parece imposible y maravilloso.

¿Será por el contraste de colores? ¿Por la dificultad de conducir una máquina de 30 Toneladas en pendientes superiores al 15%? ¿Quizás por los barrancos rojizos y profundos que rodean los trigales? ¿Por las montañas que se divisan en el horizonte?

No sabría decirte. ¿Tu que opinas?

Lar-ami


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