A veces siento que me vigilas, que te asomas a hurtadillas a mi ventana y sonríes cuando me ves solo. Sé que voceas tus celos por La Ribera, que vas diciendo por ahí que no te hago caso, que te he abandonado por otra. No es verdad, luna de invierno, yo te amo.
Y no es otra. Es la misma, la de siempre. La que me arropa por las noches con sus caricias, la que sabe de mis penas y de mis consuelos, la que comparte mis días y mis noches. (Me has visto con ella, cogidos de la mano, y me pareció que te alegrabas).
Cuando no te veo, me duele tu ausencia. Observo esa orla blanquecina con la que el frío te envuelve y me pareces más hermosa que nunca. Entonces, soy yo el que tiene celos.
Ya vendrá el verano, luna, y entonces te dedicaré el tiempo que tu mereces. Pasearé con ella bajo tu luz, le contaré tus encantos y los secretos de la noche. Oirás su voz y nuestros risas. Entonces comprenderás que ella y tú no sois tan distintas. ¡Por eso os amo!
Lar-ami
4 respuestas a “Luna de invierno”
Precioso…
Celebro que te guste.
Bello
Gracias.