La belleza del karst de Tamajón le ha otorgado este título que comparte con Cuenca, si bien por su reducida dimensión es conocida como la “Mini-ciudad encantada”.
Su mayor encanto es la gran variedad de formaciones rocosas, que iremos presentando en los próximos días. Se entenderá mejor porque es visita obligada para quienes se acercan a La Ribera.
Empezaremos por los arcos, de los que tenemos al menos seis. El más conocido (y visitado) es visible desde la carretera que se dirige a la Ermita de los Enebrales.
Lar-ami