El río Jaramilla baja desde el pico del Lobo creando parajes increibles, especialmente en el tramo que va desde los Paredones (GU-186, véase el Puerto de la Quesera) hasta su desembocadura. Son unos 12 kilómetros en los que el río va encajonado entre pizarras, combinando negros sobre verde. Hay sendas que permiten bajar al cauce y recorrer algunos metros en los Paredones, El Morro y el puente de pizarra. No te lo debes perder.
El Jarama avanza desde La Matallana hasta la presa del Vado para completar su curso alto. A partir de aquí el río forma un cañón hasta Puebla de Valles, inaccesible en el primer tramo y con preciosas rutas que lo recorren (GR-10, la otra ruta del cañón). La pizarra da paso a la arcilla que tiñe de sangre al río con las lluvias, y le acompaña hasta Uceda, donde recibe al Lozoya y actua otra vez de límite entre las dos comunidades.
Hasta llegar a Aranjuez, el Jarama recorre 194 Kilómetros y baja 1.500 metros. Su cuenca tiene 11.500 Kms cuadrados y recibe 2.200 hectómetros cúbicos/año, ya que recoge los caudales de los ríos de la Sierra de Guadarrama (Lozoya, Manzanares,…) y de la Sierra de Ayllón (Henares, Sorbe, Tajuña,…).
Aunque la ley obliga al Vado a mantener el cauce ecológico (80 litros/segundo), y los arroyos de Retiendas, Tortuero y Valdesotos aportan algún caudal, la realidad es que el río va escaso de agua. Tan escaso que en verano se seca a la altura del puente de Valdepeñas de la Sierra, donde termina La Ribera.
Su nombre significa frontera en bereber; lo fue en el Medievo y lo sigue siendo. Pero para nosotros sigue siendo vida. Aunque apenas tenga peces, no riegue la vega ni mueva molinos maquileros.
Por eso no permitiremos que nadie lo dañe.
Lar-ami