La romeria de Peñamira


29 mayo 09

A finales de los años ochenta se recuperó la romería de la Virgen de Peñamira, patrona de los pueblos del antiguo Señorío de Beleña: Arbancón, Aleas, Beleña de Sorbe, La Mierla, Sacedoncillo (desaparecido), Torrebeleña, Muriel y Jócar (desaparecido).

Se celebra el último sábado de mayo, mañana, y los romeros de sus pueblos acuden todos juntos a su nueva ermita, a orillas del pantano de Beleña y frente al barranco de Peñamira, apenas a un kilómetro de su ubicación inicial, en un paraje bellísimo de espaldas al embalse. Sencilla, de color ocre, conserva algunos materiales recuperados de la antigua ermita y tiene próxima un refugio de inspiración modernista.

Dicen que junto a la vieja ermita, románica del siglo XIII, había dos caballerizas y un comedor para los romeros. Los vecinos de cada pueblo acudían a honrar a su patrona un día diferente de la semana, a finales de mayo, siguiendo el viejo camino de Beleña a Muriel a orillas del río.

La Guerra Civil dejó la ermita casi en ruinas, el pantano la sepultó y la despoblación de los años setenta acabó con la romería. La vieja iglesia guardaba una virgen sentada con el niño, románica, y una imagen de Santa Apolonia, patrona de los dentistas, que se perdió para siempre. La Virgen moderna es un vulgar busto de escayola.

La misa de doce, una subasta de las andas en la plataforma que mira al pantano, la procesión de 20 minutos por los alrededores, una nueva subasta a la entrada de la ermita y el rosario a las cuatro constituyen los actos religiosos. Los lúdicos incluyen comida, partida de cartas, tertulia y chapuzón.

Como curiosidad, las cuentas anuales del patronato de Peñamira se clavan en la puerta de la ermita por la mañana y la talla de la Virgen viaja a uno de los pueblos donde es guardada en la iglesia para protegerla de los salvajes que profanaron esta capilla.

Una vez que mis invitados salgan de ruta, me iré de romero a Peñamira; ventajas del cargo de protector de la casa rural. Y como espíritu etéreo, que se desplaza tan veloz como el pensamiento, sobrevolare cárcavas y pinares para mezclarme con la gente y sentirme uno de ellos.

Larami


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