Un artículo de la revista “La Ilustración Española y Americana” publicado el 30 de noviembre de 1.878 contaba esta preciosa historia sobre el descubrimiento de las minas de plata de Hiendelaencina: Hacia 1.836 un hojalatero italiano, de nombre Fortuni, recorría los pueblos de la comarca. Trabó amistad con el alcalde de Hiendelancina y así supo que unos días después bajaría pagar la contribución a Guadalajara. Propuso al alcalde que le cambiara una moneda de 20 duros de plata por cien pesetas.
Cuando el alcalde pagó con la moneda de plata en la Tesorería de Guadalajara, el interventor se sorprendió: la moneda parecía recién salida del troquel y hacía años que no se acuñaban. Aunque la plata era de gran pureza no era de cuño real, y por tanto falsa. El alcalde confesó la procedencia de los 20 duros y Fortuni fue condenado a trabajos forzados en el Canal de Castilla. Allí coincidió con un ex-soldado de Guadalajara, Górriz, condenado por quedarse con dineros que no le correspondían. Cargado de hijos, el juez tuvo compasión y le dio una carta para Fortuni, pidiéndole que cuidase de él y de su familia, que le acompañaba. Así fue y se hicieron grandes amigos.
Fortuni apeló al Gobierno y en su condición de extranjero consiguió la conmutación de la pena por el extrañamiento del reino. La embajada italiana le propuso volver a su país. Antes de marcharse y desaparecer para siempre, le confesó a su amigo Górriz que era poseedor de una gran fortuna en plata cerca de Hiendelaencina, que se la cedía gustoso, indicándole el lugar exacto.
En 1.843 Górriz salió de presidio, acudió al pueblo y recogió varias piedras del lugar. En Guadalajara buscó inversores para explotar las minas, sin conseguirlo. Acudió al secretario del Duque del Infantado, D. Antonio Orfila, con quien tras comprobar la pureza del mineral (80%) formó sociedad. Se compraron las tierras y se pusieron en explotación las minas.
Así empezaba ana época de prosperidad para Hiendelaencina, que terminó con el abandono de las minas a mediados del siglo XX. Ahora una subvención habilitará la visita a la mina y la creación de un museo de la plata.
Lar-ami
4 respuestas a “Las minas de Hiendelaencina”
¡ Alucinante!, que de estos tejemanejes vieran la luz las minas de plata de Hiendelancina, algo había leído de ellas en alguna revista pero esto lo desconocía, pobre italiano, ¿qué sería de él?.
A mi tambien me pareció curioso y por eso quise traerlo aquí. El italiano murió feliz en su tierra, pero pobre.
Enhorabuena por el nuevo recurso turístico puesto en marcha!
Gracias Odette, pero aun queda un tortuoso y lento camino.