Su construcción debió ser anterior al abandono de La Mierla en 1.352, lo que explicaría su ubicación a la entrada del pueblo, según recoge la leyenda.  Del original solo se conserva la estructura con dos caños y el pilón; posteriormente en el siglo XIX se construyó la almazara junto al camino.  

Ya en el siglo XX el sitio sufrió transformaciones en diferentes épocas: se reforzaron los muros perimetrales, se construyó el depósito de agua potable detrás, se mejoró el acceso, … Un lavadero, de la misma época que el de Retiendas, recoge el agua sobrante del pilón y un canalillo la conduce después a los huertos y/o el arroyo de la fuente.

El agua fresca y la belleza del lugar invitan a detenerse para vivir un momento mágico. Un cuento histórico lo liga con amores fallidos del Marqués de Santillana con una pastorcilla. Quizás por eso siempre fue el lugar preferido de  los enamorados.

Lar-ami