Santotís, pueblo abandonado


Perdido en un frondoso valle de la Sierra Gorda, Santotis se ubica entre robles y pinos,  haciendo honor al apodo de sus gentes,  “de la casa”  porque al principio solo había una. Y ahora también, ya que su propietario ha convertido un pueblo abandonado en una finca particular, vallada y protegida con perros, donde tiene su vivienda.

Visto desde lejos, el pueblo presenta un aspecto pulcro, con sus calles despejadas y transitables,  si bien predominan las construcciones derruidas. Se conservan algunas casas reconstruidas con viejos y nuevos materiales. Las eras y las ruinas de la iglesia (encalada y con hiedra) son visibles; el resto resulta impenetrable.

Parece ser que la electricidad y el teléfono no llegaron al pueblo antes de que la despoblación acabara con él  en los años setenta. Hoy está comunicado con el mundo (y con Muriel) por un camino en mejor estado que antes,  por el paso de los guardias forestales. 

Pero lo que más llama la atención es la cancela y los numerosos carteles que prohíben el acceso  a esta propiedad privada, un tema discutible.  Pero Santotís (San Tirso) presenta un aspecto excelente, que ya quisieran para sí  otros pueblos abandonados (La Romerosa, El Vado, Fraguas, Jócar, Sacedoncillo, …).

Lar-ami


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