La revolución industrial del siglo XIX permitió modernizar instalaciones tradicionales del mundo rural, como norias y almazaras (molinos de aceite). Así la tecnología sustituyó a la fuerza bruta y la prensa al castillo para extraer el aceite de los capachos; en Puebla de Valles se conservan los restos de uno.
De las fundiciones de Bilbao llegaron norias de pequeño tamaño para extraer agua del pozo hasta la alberca que regaba el huerto. No se eliminaba el animal, pero si aumentaba su eficacia. Se requería menos fuerza, por lo que se utilizaban animales más pequeños (burro en vez de mula), se incrementaba el tamaño de los cangilones ó su número.
Pero su coste debió desanimar a muchos, ya que en La Ribera escasean las instalaciones de este tipo. Solo conocemos un molino de prensa y dos norias, ambas privadas y en desuso. Una en La Mierla, en las cercanías de la fuente medieval y otra en Tamajón, junto a la fábrica de vidrio.
Reminiscencias de un pasado no tan lejano, del que nos olvidamos con frecuencia.
Lar-ami