Llegó a Retiendas hace veinte años en busca de tranquilidad para curar viejas heridas de guerra. Un artículo de prensa despertó su curiosidad, más como caminante que como turista. El Monasterio de Bonaval le atrapó.
Ingeniero de profesión, mientras estuvo en activo acudió cada fin de semana con la excusa de atender su caballo, pero con la ilusión de recorrer la comarca a lomos del rocín. Se dedicó a estudiar las piedras del cenobio, indagar en fuentes históricas, consultar a los estudiosos del Cister y hablar con todo aquel que tuviera algo que contar.
Así ha construido una historia del Monasterio de Bonaval que difiere de la oficial en algunos aspectos, pero que explica su estructura peculiar, única en la época. Ha realizado una maqueta a escala que recoge el fruto de sus investigaciones, que donó al pueblo. Finalizada su vida profesional y sin cabalgadura, Enrique se ha asentado definitivamente en Retiendas, donde goza del respeto y aprecio de sus vecinos.
Hoy sigue peleando por el futuro del Monasterio y ha tenido la generosidad de compartir con nosotros algo de su sapiencia. ¡Gracias amigo!
Lar-ami