Los peces siempre fueron abundantes en el Jarama, como atestigua el Diccionario Geográfico de Madoz. Un documento de 1.679 del Monasterio de Bonaval recoge el arriendo de pesca en este río con un hombre de ElVado por 23 libras de barbos y bogas más 8 libras de anguilas y truchas al año (una libra = 460 gramos).
Las artes y modos de pesca antiguas (a mano, con lanzadera, a trueno) están descritos en el libro de Puebla de Valles; otras formas (el trasmayo, dinamita, envenenamiento del agua,…) eran ilegales. Salvo que el juez dijera lo contrario.
“Se cuenta que a finales del siglo XIX en Retiendas fue detenido un hombre por haber echado al Jarama yerbas que sacaban a la superficie los peces. Acusado ante el juez de Cogolludo de envenenar el río, el caballero demostró que era falso, ya que él y sus amigos se estaban comiendo una parrillada de peces cuando le detuvo la Guardia Civil”
La construcción del embalse del Vado ha mermado la pesca, pero aún es posible practicarla de forma libre y gratuita (excepto en veda) en las pozas del Jarama. El Pozo Oscuro en Puebla de Valles es muy apreciado.
Lar-ami
3 respuestas a “De pesca”
Fui pescador en mi infancia y adolescencia, ya no. He recorrido parte de esos parajes, primero con mis tios y luego con amigos. Se me daba bastante bien coger los peces a mano debajo de las piedras y en las chorreras, alguna fritada nos hemos dado por eso.
Las anguilas no vi nunca ninguna, tiempo ha que debieron desaparecer.
Ya no es lo mismo, pero el Jarama sigue conservando algunos de sus encantos.
Donde quiera que haya un lugar en medio de la naturaleza, es encantador, un lugar tranquilo donde disfrutar solo de sonidos y silencios.