En la portada de la iglesia de Beleña de Sorbe hay 12 relieves que representan los meses del año, escoltados por el bien (un ángel ) y el mal (un hombre negro). El cronista oficial de Guadalajara los describe y afirma que enero y diciembre están cambiados. Aporta ejemplos de mensarios románicos (Catedral de Oviedo), pero ninguna razón histórica que lo justifique. Considera que simplemente es un error.

Resulta cuando menos curioso que escultores tan experimentados (veáse la finura de los relieves) cometieran un error tan burdo, máxime cuando la supervisión del clero era constante. Por la Sierra Norte circula un cuento del año 2.010 que, a través de una historia de amor, lo explica de forma coherente y da sentido a los nombres de lugares de la villa: las escarihuelas, el puente árabe, la alcazaba, las fuentes de Don Sancho, Doña Urraca, de los carros, …

El autor hizo llegar esta narración a la A.C. Amigos de Beleña, que la incluyó en el Cuenta-cuentos de las fiestas de 2.010, que se celebró de noche en el pórtico de la iglesia, a mediados de agosto, La expectación de los vecinos, una temperatura ideal y la narración en el mismo lugar donde transcurre la historia, creó un ambiente mágico y muy entrañable. Al terminar el cuento, una señora muy mayor, se levantó y gritó emocionada: “Es verdad, recuerdo que mi abuelo me contaba esta leyenda cuando yo era niña”.

El mejor elogio que puede recibir un autor: que su cuento sea escuchado como leyenda. Y lo sé, porque estuve presente y también me emocioné. Hoy forma parte del libro Cuentos y Leyendas de de Sierra Norte.

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