En el país reinaba el descontento por los escándalos financieros y la corrupción en los que estaban implicados la Casa Real y el Gobierno. Más la epidemia de cólera, la subida de precios y la escasez de pan. Los conflictos sociales se multiplicaron y llegaron hasta Hendelaencina, debido a las duras condiciones de trabajo de los mineros, tanto en la época de esplendor como en el siglo XX. Según cuenta el maestro Tomás Gismera en “Hiendelaencina, crónicas para una Historia” , hubo varias revueltas entre 1.845 y 1.890. Quizás las más sonadas fueron las de 1.854 y del año siguiente.
Dicen que todo empezó en mayo por una pelea donde murió un joven; otros afirmaban que fue provocada por un agitador (Tillas el herrero, del que nunca más se supo). A esto le siguieron robos, incendios y asesinatos. Cuarenta guardias civiles procedente de Guadalajara restablecieron el orden y detuvieron a 100 personas, que fueron repartidas por las cárceles de la capital y Atienza. En las elecciones a Cortes en septiembre, fueron excluidos del censo 80 personas y a otras tantas se les impidió votar.
En este clima se produjo en mayo de 1.855 otra revuelta, que por orden del Gobierno de Madrid, fue sofocada a tiro limpio por el ejército en unas horas. Desconocemos cuantos muertos y heridos hubo (había censura en la prensa). A finales de septiembre hubo otro intento, alimentado por un grupo de agitadores procedentes de Aragón. Proponian a los mineros ir a la huelga en defensa de sus derechos. No tuvo demasiado éxito, por la presencia del ejército y por el cólera, que ya azotaba la población (con mas de 100 muertos). Se acusó a los mineros de su propagación y el alcalde estableció un cordon sanitario alrededor del pueblo, para evitar que entraran cuando regresaban del trabajo.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.