Dicen que los mejores higos son los robados … como los besos. Recordemos que el higo es un postre (no una fruta) cuya durabilidad es corta porque resulta dificil de conservar. Aguanta mal el calor (se avina y luego se pudre ) y el frío (pierde sabor en la nevera). Por la mañana temprano, recién cogidos, son una delicatessen: los aromas y sabores explotan en el paladar … si se saben comer.
“Se toma el higo con las dos manos y se parte por la mitad. Un bocado al medio higo mientras que se empuja por detrás con el dedo indice, para extraer la pulpa de la piel. Los restos se arrojan al suelo para los animales y se repite de operación con la otra mitad. No te olvides de lavarte manos y boca con jabón; las hojas de higuera producen urticaria.”
Los higos más dulces crecen en higueras de secano, lejos del casco urbano, aisladas (y hoy abandonadas por lo que la cosecha es escasa) en lindes de besanas y/o caminos. Muchas están perdidas, ninguna señalizada y el acceso a ellas requiere un buen paseo. Robar un higo exige esfuerzo y talento
La competencia es dura. Los pájaros (mirlos, paseriformes, …) y zorros detectan el punto de maduración antes que los humanos. Si no andas listo, los mejores higos no serán para ti. En la Sierra Norte apenas quedan higos que comer y/o secar; además se ha perdido el hábito. Eso aumenta la emoción y el disfrute, aunque solo dura unos dias, … allá por San Miguel.
Lar-ami, gerente de CR La Vereda de Puebla, entre cárcavas y olivos milenarios. Todo sobre Actualidad, Costumbres, Fiestas, Mundo Rural y Paisajes y Lugares de la Sierra Norte de Guadalajara.