A partir del siglo XIV y hasta finales del XIX, se produjo el abandono de numerosos lugares en la Sierra Norte de Guadalajara (> 50), llamados Despoblados. Entre las posibles razones: epidemias de peste, el avance de la Reconquista que ofrecía mejores condiciones a los colonos en las nuevas tierras, el auge de La Mesta que creó poblados de temporada que se abandonaban, agotamiento de recursos, …
Como un despoblado en la vecindad era un desprestigio, la tradición creó leyendas que lo explicaban. Similares, aunque estén a 80 kms de distancia: “el pueblo desapareció tras una boda, a la que estuvo invitado todo el mundo menos una vieja (bruja). Resentida, envenenó el vino metiendo una salamanquesa en la tinaja y todos murieron, desapareciendo el poblado para siempre”.
Algunas variantes cambian “vieja por pastor”, “bruja por enamorado”, otras “tinaja por caldero” e incluso “vino por chocolate”. Otras intercambian “salamanquesa por planta venenosa” y “casualidad por intencionalidad”. Se pueden combinar a capricho y seguro que es aplicable en algún despoblado.
Otra leyenda más sofisticada cuenta que “de pronto apareció una plaga de hormigas gigantes y muy voraces que lo devoraban todo, incluido ganado y madera, por lo que tuvieron que marcharse del pueblo para siempre. Las hormigas desaparecieron con las misma velocidad y sin explicación”.
Lar-ami