Hace unos días se nos fue para siempre Juanito “El Patas”, un personaje entrañable de Puebla de Valles, ”que siempre tenía a mano, además del puro, una frase amable, una broma o un comentario jocoso (la mayoría de las veces sobre sí mismo) que siempre conseguía la sonrisa”, como se recogía en la Galería de personajes del libro de su pueblo.
Sus 95 años están llenos de frases lapidarias (“no quiero más vino, que luego lo sueño todo al revés”) y anécdotas jocosas, comenzando por su apodo, El Patas. De niño se criaba tan delgado que solo tenía patas; dormía dentro de una tinaja rellena de paja (“en mi casa hambre no se pasaba, pero necesidad, mucha”).
El moje de pan duro en el aceite del candil de la taberna del tío Canas, (aprovechando un descuido y para saciar el hambre) es legendario. Las anécdotas de la época de construcción del canal del Jarama, su relación con el encargado y de su infancia (como las uvas de la casa del cura, que este nunca probaba), entre otras muchas, definen al personaje.
Siempre se mantuvo soltero y cuando las fuerzas le abandonaron, diciembre de 2.013, se marchó a la Residencia de Tamajón, donde se ganó el cariño de todos. Su figura se mantendrá por siempre en nuestro recuerdo: figura recortada, la boina calada (gorra en verano), sus andares, un perro lanudo a su lado, el puro en la boca y un inconfundible sentido del humor.
Descansa en paz, viejo amigo. Te echamos de menos.
Lar-ami