Eran de carácter pacífico y salían el 1 de enero. Del botarga de Muriel solo sabemos que su traje era poco vistoso. Gracias al trabajo de J. R. López de los Mozos, etnólogo de Guadalajara, conocemos el botarga del Vado (también habia botarga de Añonuevo en otros pueblos de Guadalajara: Alarilla, Humanes y Robledillo de Mohernando).
Llevaba en la mano derecha una porra terminada en bola y en la izquierda un bote con barro rojizo (lo llamaban almagre), con el que untaba la cara a cuantos encontraba por las calles, sobre todo a mozas y chiquillos, que le cantaban:
Botarga la larga,
Cascaruleta
que mata los piojos
con una escopeta.
Podía entrar en todas las casas abiertas y coger algo de matanza (si lo había) ó dulces, sin que nadie pudiera decirle nada. Por la noche, en el Ayuntamiento, se subastaban los productos recogidos por el botarga y los mozos. El dinero obtenido quedaba para gastos del pueblo (las fiesta, velas para la iglesia, …).
Lar-ami