A veces la naturaleza nos muestras las artimañas que utilizan algunas especies para seguir vivas. Solo hay que observar. Como ese chopo quebrado por el viento que resiste y aprovecha un tallo primaveral para seguir respirando.
O esos rosales silvestres que usan sus garfios para agarrarse a un quejigo despistado y colonizarlo, chupándole la savia. Parece que solo están ahí, haciendo bonito y/o compañía, pero terminan por apoderarse del tronco y lo disfrutan como si fuera propio.
Ya sé que esto no parece gran cosa. Pero en la Sierra Norte no todo va a ser historias leyendas, rutas, rincones, paisajes, fiestas,… No olvides que este paraíso está al alcance de todos.
Lar-ami