Caminando por el cauce pedregoso del Arroyo del Lugar en Puebla de Valles, en pleno mes de agosto encontramos una preciosa pradera arbolada, que invita a extender la manta y sacar la merienda.
Sin manta ni merienda, pero sentados sobre la hierba, observamos un enorme álamo blanco y varios fresnos, además de los altísimos chopos temblones. ¡Pardiez, que aquí no debe faltar el agua!
Pero mirando el pedregal aguas arriba, resulta cuando menos dudoso. Aguas abajo tampoco hemos visto agua. Sin embargo, una ojeada rápida nos descubre una represa sobre el arroyo, oculta por la maleza. Es la culpable de retener el agua en época de bonanza y hacer que se filtre al subsuelo.
Y con agua, ¡fresnos, álamos y yerba verdean incluso en agosto!
Lar-ami