Cuando el profesor Burillo y su equipo comenzaron el proyecto Serranía Celtibérica, muchos dudaban de que el territorio tuviera identidad propia. Quizás porque no conocían el artículo de los profesores Gonzalo Ruiz Zapatero y Alberto J. Lorrio, publicado en el año 2.005.
En el citado estudio se explica con detalle la gestación del mundo celtibérico en el territorio, que puede rastrearse desde el siglo VI a.c. a través de varias necrópolis en el Alto Tajo, Alto Henares y la comarca de Molina: Herrería, Valdenovillos, Aguilar de Anguita, … y que confirman su identidad cultural hasta el siglo I a.c., cuando fue conquistada por los romanos.
Aunque existieron varias etnias celtibéricas (Pelendones, Arévacos, Lusones y Titos) distribuidas por comarcas, todas compartían estructura social, costumbres, lengua, escritura, … matizadas con la diversidad regional e influencias de los pueblos vecinos de cada comarca.
No existieron «los Celtíberos», sino diferentes Celtíberos en distintos momentos del primer milenio a.c. Su evolución histórica duró 600 años y ayudaron a conformar la identidad de la Celtiberia actual, de la que forma parte la Sierra Norte de Guadalajara.
Lar-ami