Aunque triplica la anchura del estrecho de Peñacabras y la altura de sus paredes podría ser la mitad, el estrecho de Peñamira se presenta siempre espectacular. Las ermitas nueva y vieja  (a cien metros), y las pinturas rupestres sumergidas le dan un cierto nombre.

Pero la belleza se la dan Peña Capón y las vistas sobre el pantano que alcanzan hasta Peñacabra y la presa de Beleña. Las formas caprichosas de las rocas que emergen junto al cauce del Sorbe también ayudan. 

Reconozco que la plenitud la alcanza cuando el pantano está lleno pero ahora su aspecto no desmerece.  Y si no juzguen Vdes.

 Lar-ami