… romero verde, son tus ojitos niño los que me pierden. Así cantaban Lole y Manuel a esta planta aromática, que es la primera en florecer en nuestros campos.
Federico García Lorca también le dedicó un poema, y no por casualidad. Sus aplicaciones en la cocina y como remedio medicinal son impresionantes.
Nuestros abuelos aliñaban aceitunas, quesos, y carnes con ramitas de romero. Lo tomaban como infusión, servía como apresto, se hacían ungúentos, ambientaban casas,… Y ahora apenas se utilizan, salvo los preparados de herbolario.
¡Cuanta sabiduría popular desaprovechada!
Lar-ami