Si bien el pregón se publica integro, y a riesgo de ser llamado presuntuoso, no me resisto a esbozar algunos elementos del pregón del 18 de octubre en El Cardoso de la Sierra, que resultan cuando menos novedosos.
Con un toque de trompetilla dio comienzo, ensalzando el noble oficio de pregonero, que hasta los años cincuenta comunicaba a los vecinos los mensajes de la autoridad, con su cantinela habitual y a golpe de trompetilla. Del mismo modo, los que tenían algo que ofrecer, anunciaban su mercancía.
En apenas cinco páginas (15 minutos) dio un repaso a la historia de la Sierra, sus gentes así como a los encantos que la hacen atractiva a los visitantes (pueblos abandonados, naturaleza, monumentos, fiestas ancestrales, costumbres, gastronomía, alojamientos, restaurantes, actividades, …).
Utilizando un recurso literario “no lo contaré… porque yo vengo a hablar del carácter de la Sierra y sus gentes” citó a quienes han puesto esfuerzo y sapiencia en resaltar diferentes aspectos de nuestra Sierra: Luis Monje Arenas, Antonio Herrera Casado, José Ramón López de los Mozos, José Luis García de Paz (q.e.p.d.), Tomás Gismera, Luis Monje Ciruelo, José Antonio Alonso, José Serrano Belinchón, …
El pregón terminaba diciendo que “pobladores, vecinos permanentes y de fin semana, hijos de la tierra y foráneos, amigos y turistas, llegados en diferentes oleadas, somos la gente de la Sierra”. Un espacio abierto a todos los que compartan nuestros valores: respeto al medio ambiente y a nuestro patrimonio, amor a las tradiciones y con la hospitalidad como estandarte.
Lar-ami