… ya hemos hablado largo y tendido en otra ocasión, resaltando cuanto bien hacen a nuestros ríos y arroyos, sujetando la erosión de sus orillas. El Jarama disfruta de ellos en ambas márgenes, creando un paisaje espectacular.
Los alisos, esos árboles invisibles que parece que no están, en el otoño florecen y las gotas de lluvia bañan sus flores creando perlas de bella factura.
Y permítanme que insista sobre como protegen ante la erosión: hasta sujetan las piedras desprendidas del acantilado, para luego envolverlas con sus raíces.
No os sorprenda la pasión que los alisos despiertan en estas tierras tan erosionadas. Y si paseas por las orillas de nuestro río y los observas, tú también te apasionarás.
Lar-ami