No es casualidad que el depósito que da de beber a los vecinos de La Mierla esté situado junto a la fuente medieval.
Quizás porque fluye siempre. Salvo cuando se da prioridad a recoger agua para al pueblo (normalmente los viernes y/o vísperas de fiesta)
La leyenda explica por qué la fuente romana está ubicada a doscientos metros del municipio, pero no dice que un potente venero la alimenta.
Tan poderoso que sus aguas, después de llenar pilón y lavadero, proporcionan cierto caudal al Arroyo de la Fuente, excepto cuando le es requisada para los huertos.
Desde siempre este agua fue aprovechada por los vecinos para regar, mediante una red de regueras que la llevaba a las distintas parcelas de esta fértil (aunque pequeña) vega. En los años cincuenta fueron sustituidas por canalillos de hormigón, que en verano están a pleno rendimiento.
Algunas besanas tienen tal desnivel que impide que el agua llegue por su pie. Ahí pozos y norias permiten que aquí se cultiven exquisitas hortalizas y verduras.
Lar-ami