A pesar del frío (la primera nevada cayó en la Sierra Norte el día 16) y las heladas que comenzaron la semana siguiente, algunos quedan. Por poco tiempo si sigue apretando el frío.
Pero hay que buscar bien en las zonas protegidas del pinar, donde la arboleda y la humedad del suelo han evitado que el rocío se convirtiera en escarcha. Y con cuidado, porque ya hay muchos niscalos resecos y/o agusanados. Así se consiguen ejemplares tan magníficos como estos.
Un paseo por el pinar, bien abrigado y con buenas botas resulta gratificante (por los níscalos). Pero también desolador: suelos rastrillados donde ha desaparecido la cubierta vegetal, setas arrancadas porque sí, basura en mitad del bosque,…
Todo ello nos ratifica en la necesidad imperiosa de regular la recogida de setas, que no puede esperar más.
Lar-ami