En algunos textos se confunden chopos y álamos, por lo que no sabemos si el Catastro de la Ensenada también lo hace. En La Ribera distinguimos entre chopos, álamos blancos, negros y el chopo temblón (espectaculares junto a los huertos en Puebla de Valles)…
Lo cierto es que siempre hubo chopos a orillas de arroyos y barrancos para sujetar la erosión y aprovechar la madera, dado que el chopo es de crecimiento rápido (la corta cada 20 años; en caso contrario se pudre). Y como alimento para cabras y ovejas; en octubre se podaban las ramas tiernas y se guardaban para el invierno.
Pero la repoblación masiva de barrancos y arroyos con chopos se produjo en los años cincuenta, casi a la vez que la de pinos. Hoy las choperas embellecen la comarca, sobre todo en otoño, cuando un cordón amarillo define el cauce de los arroyos.
Como en el Arroyo del Lugar, donde el verde de los pinos se funde con los chopos. Todo un espectáculo.
Lar-ami